HeatMaps: cómo analizar e interpretar los mapas de calor – Elabs

Para saber interpretar los resultados de los “heat maps” o mapas de calor, lo primero que debemos saber es qué son realmente los mapas de calor, para qué los utilizamos, cómo debemos usarlos, dónde y cuándo los usaremos y qué soluciones aplicaremos a nuestra web una vez obtengamos los resultados.

¿Qué es el mapa de calor?

Gracias a herramientas de analítica web más convencionales como Google Analytics, Adobe Analytics, Webtrends… que nos informan de una manera cuantitativa sobre nuestro tráfico web, con las herramientas de heatmap podremos ir un paso más allá y conocer datos más cualitativos, que nos permitan ir mejorando nuestras páginas para optimizar cada vez más el objetivo principal en el que esté centrado nuestro site.

El mapa de calor de una página web nos enseñará qué partes, elementos o secciones tienen más o menos interés para nuestros usuarios. Es decir, gracias a los heatmaps podremos ver qué es lo que hacen nuestros clientes dentro de nuestro site y cuál es el recorrido de navegación que utilizan.

Es una representación visual a través de un código de colores que donde podremos observar cuáles son los elementos que más atraen a nuestros visitantes y en qué parte de la página pasan más tiempo.

Esta representación visual es prácticamente igual en las diferentes herramientas que proporcionan los heatmaps. Así pues, la gama de colores irá desde un rojo intenso para avisarnos de los sitios con más “calor”, o mayor atracción por parte del visitante, hasta un azul claro o zona fría, para detectar aquellas zonas menos concurridas por los usuarios del site, es decir, que tienen menos interés para ellos o sufren menos interacciones:

¿Herramientas y tipos de heatmaps?

Esta gama de colores se ha convertido en un estándar a la hora de mostrar los datos que nos ofrezca el estudio y, por lo tanto, es indiferente la elección de la herramienta ya que no tendremos dificultad alguna para poder entenderlos.

Existen varias herramientas para trabajar con heatmaps. Las más utilizadas serían ClickTale, Hotjar o Crazzy Egg, y como decíamos, todas realizan más o menos los mismos análisis.

Es posible que la nomenclatura de las métricas sean distintas o tengan algún tipo de informe que las diferencie, pero una vez hayamos utilizado una de ellas no nos resultaría nada complicado saber cómo funcionan el resto.

Básicamente, existen 3 tipos de informes diferenciados:

  • Mapas de movimiento: Este tipo de mapas nos devolverá los resultados sobre el lugar de la página donde nuestros usuarios permanecen más tiempo. Es decir, cuáles son las áreas de la página web que atraen más su interés al visitante. Esto se consigue registrando los movimientos del cursor del mouse, como si fuera la extensión de nuestros ojos, ya que al mover el cursor se sobreentiende que es allí donde dirigimos la mirada.

 

Los datos se muestran con los colores que hablamos antes. Las zonas más cálidas en rojo serán donde más movimiento reciben:

  • Mapas de interacción o de clics: en estos mapas los datos son más exactos que en los de movimiento, ya que, si en los de movimiento nos hemos de “fiar” que el cursor es una extensión de nuestra mirada, esto no ocurre en los mapas de interacción. La razón es sencilla, aquí el usuario hace click, es decir que interacciona. Puede hacer click sobre elementos que pidan una interacción (botones, banners, filtros, campos, …) o en espacios sin ningún tipo de estos elementos. El estudio también recogerá estos datos. La forma de mostrarlos es igual a los ejemplos anteriores. Es decir, la zona cálida será la roja donde más se ha realizado una interacción.
  • Mapas de scroll: al igual que en los dos tipos de mapas anteriores, los informes finales se mostrarán con la misma gama de colores, pero en este caso harán referencia a aquellas zonas de la página donde se realizan más desplazamiento de scroll o no. 
    Dependerá de cómo sea la página analizada, su contenido y su extensión, para interpretar de una forma u otra este tipo de mapas. Aunque la gran mayoría devuelven datos como los ejemplos siguientes. Las zonas más elevadas serán las más vistas (sobre todo en versiones móviles): 

 

¿Cuándo y cómo usaremos los heatmaps?

Para poder utilizar una herramienta de mapa de calor deberemos implementar un código en todas las páginas que queramos analizar.

Al igual que introducimos un código de Google Analytics, introduciremos también el código de la herramienta que escojamos.

La forma de implementación la podemos hacer directamente en las páginas o utilizar herramientas de inyección de etiquetas como Google Tag Manager. De ese modo, podemos simplificar mucho más el proceso.

Antes incluso de que hayamos implementado el código de mapas de calor, deberemos tener muy claro nuestros objetivos. Es decir, qué es lo que queremos analizar y en qué partes, secciones o recorridos realizar ese análisis.

Este último punto es importante, ya que nos podemos perder con los datos que nos vayan mostrando los heatmaps y desviar el foco de atención previo a la implementación.

De este modo, identificar cuál es nuestro objetivo inicial será crucial para poder actuar y ver los resultados.

Si en reglas generales, con los heatmaps conoceremos por qué nuestros usuarios realizan diferentes acciones y qué es lo que hacen una vez aterrizan en nuestra página web, si podemos enfocar en objetivos más pequeños obtendremos mejores resultados.

Por ejemplo, los heatmaps son muy utilizados para:

  • Analizar comportamientos según dispositivos.
  • Analizar distintos segmentos de usuarios.
  • Según la fuente de tráfico.
  • Dónde mostrar la información importante para nosotros.
  • Escoger entre distintos CTAs.
  • Mejorar banners, filtros, formularios y sus campos…
  • Probar nuevas funcionalidades antes de ponerlas en producción.

En definitiva, gracias a los mapas de calor, podremos ir mejorando considerablemente la usabilidad y el diseño ux de nuestro site, a la vez que conseguiremos optimizar cada vez más todo el proceso que desemboque en la finalidad de nuestra página.

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